Ubicado en la planta -1, esta vivienda reformada hacía 10 años y con instalaciones renovadas, llevaba varios meses comercializándose con visitas pero sin ofertas. Los pocos escalones que había que bajar desde el portal para acceder al piso, estaban frenando su venta. 

La reforma realizada había dejado un salón amplio, pero había mantenido el pasillo central que dividía en dos el piso y bloqueaba totalmente el paso de luz, clave para la venta de cualquier inmueble y esencial para un semisótano. 

Un salón y un dormitorio se abrían a la derecha, siendo esta la altura más baja con ventanas a ras de acera. A mano derecha encontrábamos la cocina, el baño y otros dos dormitorios (uno de ellos tremendamente estrecho), con ventanas de tamaño estándar, pero con altura planta calle. El largo pasillo impedía el paso de luz y desperdiciaba mucho espacio, generando sensaciones negativas.

En este proyecto la Propuesta de Revalorización se enfocó principalmente en el aprovechamiento de la sorprendente luz y espacios que este semisótano, de esquina y totalmente exterior.

Se decidió entonces unir la más pequeña de las habitaciones con el salón para crear un amplio dormitorio principal y un salón de buen tamaño sin pasillo y abierto a la cocina y a otro de los pequeños dormitorios, donde se recreó el comedor. En esta eliminación de tabiques y apertura de espacios hubo que instalar unas vigas de hierro, las cuales se convirtieron en un factor renovador y decorativo clave al pintarlas en un gris antracita.

Ahora, al entrar a la vivienda, no veías paredes, sino un espacio amplio y luminoso con el salón a mano izquierda y la cocina con comedor a mano derecha. 

La cocina reformada y de tonos neutros, se renovó sustituyendo la encimera, pila, grifo y tiradores. Con estos pequeños cambios conseguimos que explotase su potencial y luciese como una cocina prácticamente nueva. 

El resto de la vivienda, ya con paredes lisas, se pintó entera de blanco y se cambiaron los suelos, salvo el de la cocina y el baño, colocando un suelo laminado en un actual gris blanqueado. Se instalaron también armarios roperos en las habitaciones, se mantuvo la vitrina de obra del salón, pintándola completamente de blanco y eliminando las puertas altas y sustituyendo los tiradores. En el baño solo fue necesario retirar el espejo antiguo y colocar uno más actual. 

Una decoración actual, fresca y natural multiplicó la luz y evaporó las impresiones negativas que causaban las escaleras de acceso en las visitas.